martes, 16 de noviembre de 2010

LA ELECCIÓN RADICAL


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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN


Proyecto Curricular de Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Matemáticas (LEBEM)
EJE: CONTEXTOS PROFESIONALES
Docente: MARTHA VIDAL ARIZABALETA
ASIGNATURA: ÉTICA DOCENTE

TALLER 3.  LA ELECCIÓN RADICAL[1]


peter singer Peter Singer Ética para vivir mejor
1. En 1985, Ivan Boesky era conocido como el «rey de los arbitrajistas», una forma especializada de inversión en acciones de empresas que eran objeto de opas. En 1981, cuando Du Pont compró Conoco obtuvo 40 millones de dólares de beneficios; en 1984, Chevron compró Gulf Oil y obtuvo 80 millones; y en este mismo año, Texaco, obtuvo 100 millones al adquirir Getty Oil. Hubo también pérdidas sustanciales, pero no las suficientes para evitar que Boesky entrara en la lista de las 400 personas más ricas de Estados Unidos publicada por la revista Forbes. Se estimaba que su fortuna personal se situaba entre 150 y 200 millones de dólares.
Boesky se granjeó una gran reputación y un grado sustancial de respetabilidad. Su reputación procedía, en parte, de la cantidad de dinero que controlaba. «Ivan -dijo uno de sus colegas- podía lograr que cualquier presidente de una empresa del país saliera del lavabo para hablar con él a las siete de la mañana.» Pero su reputación se fundaba también en la creencia de que había introducido un nuevo enfoque «científico» en el campo de las inversiones, basado en un complejo sistema de comunicaciones que, según él, era similar al de la NASA. Boesky aparecía no sólo en las revistas de negocios, sino también en la sección de sociedad del New York Times. Llevaba los mejores trajes, en los que exhibía prominentemente un reloj de oro de bolsillo estilo Winston Churchill. Poseía una mansión de estilo georgiano de doce habitaciones que se alzaba en un terreno de 190 acres situado en el condado de Westchester, en las afueras de Nueva York. Era un miembro destacado del Partido Republicano y algunos pensaban que abrigada ambiciones políticas. Ostentaba cargos en el American Ballet Theater y en el Metropolitan Museum of Art.
A diferencia de otros arbitrajistas que le habían precedido, Boesky trataba de dar publicidad a su trabajo y aspiraba a ser reconocido como experto en un sector especializado que contribuía al adecuado funcionamiento del mercado. En 1985 publicó un libro sobre su actividad, Merger Mania, en el que afirma que las operaciones del arbitrajista contribuyen a un mercado «justo, fluido y eficiente» y señala que «no se obtienen beneficios indebidos; no existen trucos esotéricos que permitan a los arbitrajistas defraudar al sistema [ ... ], las oportunidades de obtener beneficios existen sólo porque el arbitraje de riesgo desempeña una importante función de mercado». Merger Mania incluye una conmovedora dedicatoria inicial:
A mi padre y mentor William H. Boesky (1900-1964), a quien recuerdo con afecto, y cuyo valor le trajo a estas costas desde su localidad natal de Ykaterinoslav, Rusia, en 1912. Mi vida se ha visto profundamente influida por el espíritu de mi padre, su sólido compromiso con el logro del bienestar de la humanidad, y por su énfasis en la educación como el medio más importante para lograr la justicia, la piedad y la rectitud. Su vida sigue siendo un ejemplo de entrega a la comunidad de los beneficios recibidos a través del ejercicio de un talento recibido de Dios.
Con esta inspiración, escribo este libro para todos los que deseen aprender mi especialidad, para que de este modo se sientan alentados a creer que la confianza en uno mismo y la determinación pueden permitirnos ser cualquier cosa que queramos. Deseo que quienes lean mi libro lleguen a comprender las singulares oportunidades que ofrece este gran país.
En el mismo año en que publicó su autobiografía, en la cima de su éxito, Boesky llegó a un acuerdo con Dennis Levine para obtener información confidencial. Levine, que ganaba unos tres millones anuales en salarios y primas, trabajaba en Drexel Burnham Lambert, la exitosa empresa de Wall Street que dominaba el mercado de «bonos basura». Puesto que éstos eran el método más usado para reunir fondos destinados a opas, Drexel estaba implicado en casi todas las batallas importantes para adquirir empresas por ese sistema, y Levine poseía información que, en manos de alguien con suficiente capital, podía usarse para ganar centenares de millones de dólares casi sin riesgos.
Los aspectos éticos de esta situación son obvios. Cuando Boesky compraba acciones siguiendo la información que Levine le proporcionaba, sabía que esas acciones subirían de precio. Los accionistas que se las vendían no lo sabían, y por tanto se desprendían de sus acciones por menos de lo que hubieran obtenido posteriormente, de haberlas conservado. Si el cliente de Drexel deseaba adquirir control sobre una empresa, tal cliente debía pagar más por la empresa si se filtraba la noticia de la proyectada opa, pues las compras de Boesky disparaban el precio de las acciones. El coste añadido podía significar el fracaso de la oferta de adquisición de la empresa en cuestión; o podía significar que, aunque la opa tuviese éxito, después de la adquisición fuese necesario vender una mayor parte del patrimonio de la empresa, pues los préstamos requeridos para comprar la sociedad a un precio mayor eran más elevados. Puesto que Drexel, y por consiguiente Levine, habían sido informados por sus clientes de manera confidencial del proyecto de opa, el hecho de revelar esta información a quienes podían beneficiarse de ella, en detrimento de sus clientes, violaba claramente todos los principios de la ética profesional. Boesky no ha sugerido que él estuviese en desacuerdo con dichos principios, o creyera que sus circunstancias le eximían de seguirlos. Boesky sabía también que comprar información privilegiada era ilegal. Sin embargo, en 1985 llegó al extremo de formalizar el acuerdo alcanzado con Levine, aceptando pagarle un 5 % de los beneficios obtenidos de la compra de acciones sobre las que Levine le informaba.
¿Por qué hizo Boesky una cosa así ¿Por qué alguien que posee 150 millones de dólares, una respetable posición social y -como resulta de la dedicatoria de su libro- valora al menos la apariencia de una vida ética que beneficie a la comunidad, arriesgaría su reputación, su fortuna y si libertad haciendo algo que, a todas luces, no es ético ni legal? Por supuesto, Boesky trataba de obtener grandes beneficios gracias a su acuerdo con Levine. La Comisión de Valores y Bolsa comprobaría más tarde varias transacciones en las que Boesky había utilizado información obtenida de Levine; sus beneficios en dichas operaciones se estiman en 50 millones de dólares. Dada la dudosa reputación de la Comisión de Valores y Bolsa a la hora de ejercer un control, Boesky bien pudo haber pensado que probablemente su trato ilegal para obtener información privilegiada no sería detectado y no acabaría en los tribunales. De modo que para Boesky era razonable suponer que el uso de información confidencial le reportaría un sustancial beneficio económico con pocas posibilidades de ser descubierto. ¿Significa eso que obró de un modo inteligente? En tales circunstancias, ¿dónde está la inteligencia? Al elegir enriquecerse más de un modo éticamente injustificable, Boesky eligió entre dos modos de vida fundamentalmente distintos. A esta clase de elección la llamaré «elección radical». Cuando la ética y el propio interés parecen enfrentados, afrontamos la elección radical. ¿Cómo elegir?
La mayoría de las elecciones que hacemos en nuestra vida cotidiana son restringidas, en el sentido de que se realizan desde el interior de un marco o conjunto de valores. Dado que deseo mantenerme razonablemente en forma, elijo salir a pasear antes que quedarme recostado en el sofá con una lata de cerveza, viendo la televisión. Puesto que usted desea hacer algo para ayudar a la conservación de los bosques tropicales, se une a una organización dedicada a concienciar al público acerca de la continua destrucción de los bosques. Otra persona desea hacer una carrera bien retribuida e interesante, así que estudia Derecho. En cada una de estas elecciones, los valores fundamentales se dan por sentados y la elección consiste en encontrar los mejores medios de lograrlos. En cambio, en las elecciones radicales son los propios valores fundamentales los que están en juego. Ya no elegimos dentro de un marco que presupone que sólo buscamos potenciar al máximo nuestros intereses, ni dentro de un marco que da por sentado que haremos lo que consideremos éticamente mejor. Al contrario, lo que hacemos es elegir entre posibles formas de vida: aquella en la que el interés propio ocupa el primer lugar, o aquella en que la ética es lo más importante, o quizá optamos por un compromiso entre ambas. (Considero la ética y el propio interés como dos enfoques antagónicos porque, a mi modo de ver, son los contendientes más fuertes. Otras posibilidades incluyen, por ejemplo, vivir según las reglas de la etiqueta, o vivir en función de criterios estéticos, tratando la propia vida como una obra de arte.)

2. Es fácil reconocer el carácter ético de la acción altruista, pero buena parte de la conducta ética es compatible con el cuidado de los propios intereses. He aquí un último ejemplo, esta vez de mi propia experiencia. En mi adolescencia, durante las vacaciones estivales trabajaba en la oficina de mi padre. Se trataba de un pequeño negocio familiar de importación de café y té. Entre la correspondencia que debía leer se encontraban, ocasionalmente, cartas que mi padre enviaba a los exportadores de quienes había comprado la mercancía, recordándoles que aún no había recibido la factura de productos enviados hacía bastante tiempo. A veces, dado el lapso de tiempo transcurrido, estaba claro que algo se había traspapelado en la sección de «cuentas pendientes» de la empresa exportadora. Si los exportadores eran firmas grandes, quizá nunca hubieran reparado en el error; para nosotros, en cambio, puesto que trabajábamos con unos márgenes brutos del 3 %, uno o dos envíos «gratis» nos hubieran reportado más beneficios que un mes de negocio normal. Así pues, le pregunté a mi padre por qué no dejar que los exportadores se ocupasen de sus propios problemas. Si se acordaban de reclamar su dinero, pues muy bien; si no, ¡mejor todavía! Me contestó que la gente decente no hacía negocios de aquella manera; y, en cualquier caso, enviar aquellos recordatorios creaba un clima de confianza, vital para cualquier relación comercial, que a largo plazo redundaría en beneficio nuestro. Su respuesta, en otras palabras, oscilaba entre referencias a un ideal ético de cómo debe uno comportarse (en qué consiste ser virtuoso en los negocios, se diría) y una justificación en términos de interés personal a largo plazo. A pesar de esta ambivalencia, mi padre actuaba claramente de manera ética.



Ejercicios
Un grupo responsable coordinara el trabajo del desarrollo del taller, y recopilara la información del taller en un trabajo final.
Procedimientos:
Una vez leídos los textos de Peter Singer, el desarrollo del taller es el siguiente:
1.    Análisis completo de que sucede en los casos, de lo que pasa, ¿qué perciben? ¿qué juicios es posible hacer?, entre otros.
Creemos que en el primer caso, el señor Boesky actuó de una manera codiciosa, en muchos casos el dinero se interpone en los asuntos éticos de una persona, la codicia llega a un punto tan extremo que muchas personas llegan hasta matar parientes.
En el segundo caso es interesante, ya que presenta una persona que enseña a su hijo, la forma de comportarse, de vivir tranquilo y mejor, que necesidad tiene de meterse en un problema cogiendo dinero que no le pertenece, además que el ejemplo del padre le sirve al hijo para su desarrollo como ser humano integro.
2.    Elaboración de un comentario por grupo.
Los dos contrastes que presentan las historias presentadas me dan a entender que como seres humanos siempre estamos en riesgo de caer en manos de alguna trampa que doblegue nuestra voluntad ética si así la podemos llamar. Pero en el caso del señor Boesky, un personaje distinguido y sobre todo con un bienestar económico considerable, que razón tendría para meterse en problemas, pues creemos que la razón más evidente obedece a que la ambición es un mal tan evidente en nuestra sociedad que muchas personas se mueren de hambre mientras otras no les cabe el dinero en los bolsillos.
Pero siempre hemos creído  que es fácil juzgar, pero cuales podrían ser las consideraciones desde un punto de vista ético para que el señor Boesky evitara todo ese enredijo penal por las acciones que llevo acabo.
Según el libro de ética para Amador uno de los principios básicos del buen vivir consiste en :’’Principio básico de la vida buena, como ya hemos visto, es tratar a las personas como a personas, es decir: ser capaces de ponernos en el lugar de nuestros semejantes y de relativizar nuestros intereses para armonizarlos con los suyos.’’, que quiere decir esto, que si el señor Boesky hubiera tenido en cuenta este principio básico y se habría  dado cuenta que las personas que iba a estafar eran seres humanos con las mismas necesidades económicas y creo que evidentemente con mas necesidades económicas, y que su acción afectaba catastróficamente sus intereses, habría prescindido de cometer este acto tan bajo.
Pero en la segunda historia es evidente que el padre conoce las ventajas de tratar a los demás como seres humanos con unos intereses particulares que deben ser respetados, y además es muy interesante la explicación que le da al hijo acerca de la importancia de ser honrado y como esto contribuye a que las personas depositen confianza.  
3.    Las preguntas siguientes son una guía para la discusión en grupo, las respuestas deben ser razonadas y profundizando en los temas, la redacción del comentario final debe ser clara y precisa respondiendo mostrando la capacidad analítica en cada caso.
·         ¿Qué hizo Ivan Boesky? ¿Fue inteligente? ¿Se equivocó, simplemente? ¿O fue algo diferente lo que hizo? ¿Qué hizo mal? ¿Qué te parece que tiene de especial su caso: no es como el de cualquier caco?
Boesky engaño a muchos accionistas teniendo en cuenta que una fuente contactada revelo información secreta acerca de una cantidad de acciones, a mi parecer no fue inteligente ya que obro de una manera irracional desde un punto de vista ética, el se equivoco pero evidentemente fue producto de su ambición, de todas maneras tuvo que ser juzgado. En este caso como en muchos la ambición ‘’aplasta’’ las buenas razones que dan sentido a vivir, un personaje de estos engaña y creo que es capaz de cualquier cosa solo por ponerle más ceros a su fortuna, incluso sobreponiéndose a las enseñanzas de su padre.
·         ¿Por qué lo haría?¿Es tan comprensible? ¿Lo harían ustedes? ¿Es disculpable? ¿Procurarían, acaso, simplemente que no los pillaran, no correr riesgos?
Por reconocimiento público, por ambición y por las ganas de seguir apareciendo en las revistas mas publicadas, creemos que no es comprensible, ya que un personaje de estos tiene la suficiente formación y además una formación según dice la historia desde la cuna, desde los criterios de su padre, para actuar de una manera responsable y más aun cuando se es propietario de tan grande fortuna. En nuestro caso particular no lo haría, ya que para mi este mundo debería tener personas generosas, que por el contrario de comprarse autos de lujo, reloj de lujo, casa de lujo, se preocuparan mas por lo espiritual, por el verdadero significado de la vida, por ayudar a los demás sin algún interés, solo movidos por la razón y el corazón de seres humanos.
·         ¿Se le puede juzgar de alguna manera? ¿Podemos decir que debería haber hecho las cosas de otra manera (y no para que no le pillaran, claro)?
Creemos que juzgar no es la palabra, siempre tenemos una tendencia a juzgar, pero nunca nos ponemos en el lugar del otro, este personaje cometió un error, que le ‘’arruino’’ su buen nombre en la alta sociedad, pero si nos ponemos a pensar, será que esto que le sucedió no fue una lección de vida más importante que los círculos sociales en los que se movía, obviamente esta persona empezara a pensar de otra forma después de toda esta experiencia, e iniciara poniendo la razón ante cualquier hecho en el que se vea involucrado.
·         ¿Creen que la gente es más bien fiable, que no nos van a engañar o robar en el momento en que puedan hacerlo sin riesgo o más bien lo contrario, que no lo harían?  
Obviamente que la tendencia de la mayoría de personas obedece a primar el bien particular sobre el general, pero hay muy pocas personas que se salen de ese esquema, las que nos aprecian por que nos conocen.
·         ¿Qué es eso de la ética profesional? ¿Conoces otros casos? ¿Cómo sería para un médico, para un mecánico, un albañil, un camarero? ¿Los que la siguen, cuando no seguirla les beneficiaría, son estúpidos?
Primero que todo consideramos que la ética profesional inicia desde que escogemos la carrera, desde que somos conscientes de que esa carrera va contribuir a nuestra felicidad y al buen vivir. Hay casos en los que los estudiante inician una carrera con el fin de ser poderoso, ese afán de ser poderosos y poderosos desde una concepción materialista y estúpida hace que en muchos casos el dinero se convierta en la carnada para muchos seres humanos que realmente se comportan como animales, y que sobrepongan lo material ante lo ético, y sobre todo ante su felicidad. La ética para un medico y en general para cualquier profesional consiste en ponerse en el lugar del otro. Será que a nosotros nos gustaría que un ambicioso se aprovechara de nuestra ignorancia para sacar provecho, será que nos gustaría que un mecánico nos robara las partes de nuestro carro, o que un medico nos diera un medicamento inapropiado, obviamente que no.
·         ¿En qué tipo de acciones están comprometidos o bien les gustaría estarlo, es decir: cuáles consideran valiosas?
El compromiso social que tenemos como docentes es una parte importante que promueve un cambio de pensamiento, las acciones que se ejercen como profesionales de la educación contribuyen a cambiar el mundo y a orienta los estudiantes acerca de eso que se denomina vivir bien.
·         ¿Pueden imaginar algún otro caso de «elección radical»? ¿Y uno que pudiera darse en tu propia vida?
Una elección radical podría ser dejar de fumar cigarrillo, creemos que es una elección que compromete tanto la voluntad como la ética, ya que en el momento que se reconoce que esta mal hecho es primordial dejarlo de hacer para contribuir a la calidad de vida.
·         ¿Cuándo, cómo elegimos la vida? ¿O la eligen por nosotros? ¿Quién nos robaría la elección? ¿Cómo hacer una elección auténtica (en este sentido radical, no en la marca de la moto)?
Cada persona es libre y con este concepto se involucra uno mas preciso responsable de elegir y tomar decisiones, nuestros padres nos dan una formación, el colegio y la universidad nos dan otra y los amigos nos dan otra indirecta o directamente, pero al fin y al cabo somos nosotros los que razonamos y elegimos las mejores opciones de vida.
·         ¿Por qué puede ser que el ‘interés propio’ y la ‘ética’ sean enfoques antagónicos? ¿Qué hay de ética en el texto 2?
Siempre antagónicos por que la ética consiste entre otras cosas en ponerse en el lugar del otro, consiste en ayudarnos  entre seres humanos, en el texto dos la ética se evidencia desde la honestidad, desde las buenas costumbres, desde el reconocimiento de que el otro merece tanto respeto como uno mismo y que la honestidad hace parte de ese respeto.
·         El padre del autor ¿es un primo? ¿es estúpido? ¿Cuáles pueden ser las razones por las que querría comportarse así? ¿Cómo se hubieran comportado ustedes?
A mi padre y mentor William H. Boesky (1900-1964), a quien recuerdo con afecto, y cuyo valor le trajo a estas costas desde su localidad natal de Ykaterinoslav, Rusia, en 1912. Mi vida se ha visto profundamente influida por el espíritu de mi padre, su sólido compromiso con el logro del bienestar de la humanidad, y por su énfasis en la educación como el medio más importante para lograr la justicia, la piedad y la rectitud. Su vida sigue siendo un ejemplo de entrega a la comunidad de los beneficios recibidos a través del ejercicio de un talento recibido de Dios.
El padre de Boesky fue un personaje bastante inteligente, que si bien no tuvo el dinero de sobra como su hijo creo que tenía una riqueza que no se compra y está en reconocer el compromiso de cada uno de nosotros por lograr el bienestar de la humanidad desde distintos ámbitos, además de esto como resalta la educación no como medio para controlar como comúnmente se ve, más bien como una forma de lograr justicia, piedad y rectitud.




[1] Material de uso exclusivo para apoyo docente

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